Antes que salga el Sol…
Era el solsticio de Invierno. Una mañana fría y aún oscura, pronosticaba que algo iba a pasar, algo grande, algo nuevo.
Allá, por los caminos de la Avenida del Sol se reunía la gente, con caras expectantes, caminando y algunos corriendo para llegar a tener un buen lugar donde ubicarse.
Ante toda una multitud, se alzaba el Qorikancha, el templo que le daría la bienvenida al invitado que todos esperaban. El más importante.
Llegamos a nuestra ubicación, allí en medio de la avenida, tratando de encontrar la altura que nos permitiera ver todo el patio del gran templo. Teníamos a nuestro lado a un amigo que nos venía haciendo de guía y que nos ofreció hacer de interprete de la ceremonia, ya que estaba todo en quechua.
La multitud se empezaba a poner un poco nerviosa y nuestro gran invitado ya empezaba a asomar por lo lejos.
De repente, unos tambores. Un sonido que resuena por toda la región y que alza el llamado a todos los que quieran participar de este gran día. Se acerca el frío, sí, y es por eso que lo necesitan a Él.
El patio del Qorikancha empieza a adornarse con personas, que en sus ropajes de colores, están en representación de los cuatro suyos. Todos bailan y cantan al son de un ritmo de tambores y otros instrumentos que poco conocemos. Empieza la fiesta.
Luego todo queda en silencio…
Un grupo de personas aparecen, allá por lo alto del templo. Acompañan a alguien. Se detienen y desde una zona más elevada. El Willaq Uma (sumo sacerdote) pronuncia un discurso de bienvenida al dios que ya se acerca.
Nuestro intérprete nos cuenta cada palabra.
Allí en el horizonte, nos empieza a mirar desde lo alto, el Apu P`unchao (dios Sol). Escucha la música y las palabras, y sabe que algo sucede.
Su brillo se hace más intenso porque sabe que es el INTI RAYMI, la fiesta en su honor.
Todo el mundo festeja, y la comitiva de gente empieza a desfilar. Las calles se vuelven pasarela de los representantes de los cuatro suyos, de las panacas, y del mismísimo Inca (Willaq Uma). Cada uno de los nobles se muestra ante la gente. Los colores invaden las calles y la música sigue…
Apu P`unchao nos acompaña y nos alegra con su cálido brillo.
El frío ya no se nota.
Todo es alegría.
La fiesta sigue. Todo el día.
El desfile se detiene y empieza a rodear la Auqaypata (plaza mayor), donde el sincretismo histórico se hace aún más visible. El lugar donde las iglesias se hacen ver en un escenario que se pone cada vez más interesante.
La música cambia, pero sigue sonando.
La gente no pierde de vista cada movimiento que hay, cada brillo y cada momento de la ceremonia que el dios, ahora mira desde bien arriba.
Todos se detienen y reverencian al Inca, que realiza nuevamente un saludo.
Sabemos que viene el momento donde decidimos. La ceremonia sigue y la gente no quiere perderse nada. La multitud se pone cada vez más expectante y se hace difícil poder ver cada movimiento.
El grupo se mueve. Es hora, se acerca la etapa más importante y el final del año nuevo.
Hay que seguir, subir a la montaña, para acercarse un poco más a él. Y así venerar como se merece.
Aparece Saqsaywaman. El gran templo.
Al son de los tambores y otros instrumentos, los grupos empiezan a danzar, hacer figuras y celebrar este festival.
El Inti sonríe y empieza a despedir a todos. La música continua, la gente se agrupa mas.
Los rayos de brillo empiezan a apagarse y a dejar paso al final de esta gran celebración.
Bienvenido sea de nuevo mañana.
Datos:
- Inti Raymi en Cusco se festeja el 24 de Junio.
- Los días previos al evento hay muchas más celebraciones en la ciudad y alrededores que valen la pena ver.
- Todos los diálogos en la representación son el lengua Quechua.
- El festival del Sol es un evento muy importante en el que participan más de 200 personas (actores y otros). Por lo que quedar seleccionado es casi un privilegio para quienes lo hacen. Y más aquellos que representan a los personajes principales.
- Quien representa al Sumo Sacerdote es muy famoso entre la gente de la ciudad, ya que es un privilegio formar parte de este festival.